jueves, 19 de noviembre de 2009

Charlie

Manchester. 1816.

Charlie está atónita. Tiene la boca semiabierta, los ojos negrísimos mojados y la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. Su maestro de piano, 20 años mayor, interpreta una improvisación atacando con vigor cada tecla, cada nota. Al terminar, Charlie dispara una declaración.

—Maestro, necesito decirle algo— balbucea Charlie con su voz de once años.

—Soy todo oídos— respondió el maestro, tocando ahora unas suaves notas.

—Lo que sucede es que… es que… es que estoy enamorada… ¡de usted! — dice Charlie tapando rápidamente su rostro con su pequeña mano derecha.

— Jajajajajajajajajajajajajaja — El maestro ríe estruendosamente, sacudiendo el rizo que lleva en la frente.

— Jajajajajajajaja. Pero Charlie… ¡si apenas eres una pequeña señorita!

Manchester. 1916.

— ¡Ey Charlie! — grita el amo desde la cocina con un sobre azul en la mano.

— ¡Guau! — responde Charlie meneando la cola y trotando a su encuentro. Su pelaje gris aceitunado luce brillante, contrastando con sus ojos negrísimos y el collar rojo carmín.

—¡Ha llegado la respuesta! — dice el amo rompiendo el sobre con vigor, mientras se sienta en la escalera. Charlie se echa a su lado inclinando la cabeza ligeramente hacia la izquierda mientras lo escucha.

— “Lo sentimos, pero la edad de su perro sobrepasa los límites para el concurso, sin embargo le felicitamos por tan hermoso ejemplar” — El amo lanza la carta al suelo, y se abalanza sobre Charlie dándole abrazos y besos.

— ¡Piensan que eres un hermoso ejemplar! ¡Has visto! — El amo le acaricia la cabeza, mientras Charlie le atisba lengüetazos en el rizo que lleva en la frente, meneando la cola, ladrando y dando brincos.

Manchester. 2016.

Charlie observa sin parpadear la pantalla de 50 pulgadas, que sólo proyecta ruido gris. Está sentada en el suelo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda y el rostro maquillado mitad blanco, mitad rojo, resaltando sus ojos negrísimos.

— ¡Charlie contesta! ¡Debemos dar una respuesta ahora mismo! Es simple, te las arreglas con esas pastillas y con un poco de esfuerzo, terminaremos los 4 conciertos! ¡Sólo son 4! ¡Ni que ya tuvieras los 70 años! ¡Vamos, contesta! — se escucha la voz enérgica de su manager en la máquina del teléfono. 10 segundos después Charlie toma el auricular.

— ¡Esta bien! Lo haremos. Pero si vuelvo a verte ese rizo congelado en la frente, te juro que desaparezco — sentencia Charlie cortando comunicación.

— ¡Vaya mierda! ¡Yo echa polvo y la gente todavía paga por ver a una vieja cantando! Piensa en voz alta, mientras rebusca un número en su agenda.

Manchester. 1846

-— jajajajajaja — ríe el maestro mientras la madre de Charlie entra a la habitación.

— ¿Qué ha sido tan gracioso? He escuchado vuestra risa desde lo lejos — pregunta la madre con un entusiasmo falso, jugando con las perlas del collar. Charlie levanta la mirada y la clava sobre el maestro, en un gesto suplicante.

— Eh, jejejeje, mmm — el maestro titubea.

—No soporto los secretos, ¿Charlie qué sucede? — sentencia la madre cambiando el semblante.

— No sucede nada, sólo estábamos, eh, mmm — Charlie baja la cabeza y el maestro responde de un impulso.

— Sólo estábamos riendo porque Charlie dice que se ha enamorado de mi. ¡Qué inventos! Jajajajajajaja — El maestro ríe meneando el rizo de su frente y la madre sacude la cabeza en expresión negativa, colocándose ambas manos en la cadera. Charlie quiere morir.

Manchester. 2016

Saca la maleta más grande de su armario y la tumba sobre la cama. Busca un aparato en su bolso amarillo y lo coloca sobre una mesa, se sienta frente a este y lanza un pequeño discurso aun con el rostro bicolor.

— No me odies, no iba poder de cualquier manera y la mujer que me dobla, no está tan mal eh? ¡Me voy! No sé a dónde, lo único que tengo claro es que finalmente podré retomar mis clases de piano y comprarme un perro, al que le pondré Charlie, por si acaso alguna vez se me olvida cómo me llamo!

— ¡Ya es hora de que este cuerpo descanse! ¡Adiós! ¡Hasta nunca! — Charlie presiona el stop del video.

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