martes, 13 de octubre de 2009

El día del Señor

Isabel tiene un secreto. Vive en el entresuelo de un bonito edificio en una calle muy concurrida. Su vecina Carmen siempre trae un cuento a su puerta, sobre todo los domingos que sabe que la atenderá 5 minutos, pues es su día de descanso.

Ese día al despertar, Isabel disfruta de un preparado especial de zanahorias, limón y un toque prohibido de banana, para luego dar un paseo por el parque, donde repasa y ríe a destiempo las historias de Carmen. Más tarde riega las plantas y finalmente recibe a las 9 de la noche la llamada de su hermana que está a 4 mil kilómetros estudiando Geología. Así, el domingo, siempre ha sido el día extraordinario de Isabel, pues de lunes a viernes guarda una rutina bastante estricta: Cama, despertador, ducha, cereal, peinado en cola, bus 57, redacción de 10 cartas, envíos al banco, tortilla de patatas, 3 dictados, 4 llamadas a proveedores, bus 57, sopa de fideos, programa de concursos, ducha, cama.

Sin embargo, la vida de Isabel ya no es tan lerda.

Yo conozco un secreto. Un secreto de Isabel.

Isabel no es asesina, ni ladrona, no no! Tampoco es prostituta, ni se acuesta con su jefe. Pero el secreto de Isabel igual sí se esconde bajo su falda de seda color azul.

El secreto de Isabel, tiene 6 semanas ocurriendo. A las 11 PM, los días domingo.

El secreto de Isabel se llama Ramón. Murió hace 3 décadas de un infarto injustificado, en el mismo entresuelo.

La primera vez que se encontraron, Isabel se quedó dormida con la tele encendida. Ya estaba casi soñando, cuando comenzó a sentirse muy pesada y a escuchar un zumbido muy desagradable, vibrante, irreconocible. Intentó despertarse de golpe y no pudo, se sintió asfixiada, mareada, y de un tirón se levantó del sofá. No comprendió nada, le dio miedo, rezó 2 Padres Nuestros, y volvió a dormitar.

La segunda vez sintió lo mismo, pero le costó mucho más reaccionar a la extraña dopada, y esta vez su cuerpo empezó a calentarse de una forma anormal. Se le puso la piel de gallina y sentía el peso de algo recostado a su espalda. Gritos, mareos, Padres Nuestros, insomnio.

La tercera, fue la vencida. La verdad es que Ramón no quería asustarla, simplemente era burdo, no controlaba su energía rara y etérea, y quería poseer de un sopetón a Isabel. Pero este tercer domingo, lo intentó lentamente. Le hizo sentir cómo se metía debajo de la cobija. Le produjo un calorcito reconfortante en las piernas, y sin dar tiempo a que reaccionara, le practicó un típico pero intenso ritual amatorio.

Isabel era una mujer que había tenido sólo 2 hombres y ningún orgasmo. Una mujer que no había visto nunca su sexo, ni por asomo. Una mujer cuya ropa interior era del mismo color.... por ello ese domingo, el viento, la noche, el sofocón, la tomó desprevenida y sin asfixia, y así pudo entregarse a las manos, el cuerpo y el aliento de un hombre, invisible.

Ahora Isabel se mira al espejo mientras disfruta la comezón, y se va imaginando a un hombre fantástico, que la lleva al paraíso. Es alto, ni guapo ni feo (para no ser demasiado idealista), con una sonrisa de hermano, y unas manos de monstruo noble. Para Isabel, Ramón es un hombre extraordinario. "Debe haber sido hasta buen padre y mejor trabajador", piensa Isabel mientras sube el elevador.

Nada más lejos de verdad. En realidad Ramón, se pasaba de tragos un día por medio, la mayoría del tiempo vivía en la calle pues le gustaba pelearse con su madre. Y hasta estuvo 2 veces en la cárcel.

Pero ahora es diferente. Ahora es otra cosa. Ahora los dos se compensan. Ahora Isabel tiene orgasmos, y Ramón un lindo hogar.

Yo conozco el secreto, porque vivo con ellos.

También morí en este entresuelo hace más tiempo, y mi propósito es lograr que puedan estar juntos para siempre. Me han conmovido de tal forma, que yo también me siento profundamente enamorado e ilusionado. Por eso los tengo que ayudar.

No sé cómo revivir a Ramón, la verdad. Pero sí sé cómo matar a Isabel, sin que lo note, por supuesto. De esta forma, estarán los dos en el mismo plano.

Como detalle simbólico, lo haré el próximo domingo, a las 10:30. Así, al cabo de media hora, a las 11 en punto, podrán amarse sin reparos y para siempre.

Yo también he estado solo. Por eso estoy contento, pues espero a mi chica. Ésa que vendrá al entresuelo… luego de Isabel.

No hay comentarios: